POR QUÉ NO NOS RESPETAIS NUESTRA
INTIMIDAD Y NOS TRATAIS COMO SERES HUMANOS, PORQUE POR AHORA LO QUE HE VISTO
SOMOS TRATADOS A VECES PEOR QUE LOS PERROS SOLO SOMOS UN NÚMERO O UNA LETRA.
DONDE ESTÁ LA HUMANIDAD. ¿POR QUÉ ABUSAIS DE LOS ENFERMOS?
No sabía cuándo me operaba.
De hacerme pruebas en la pierna, nada. Quisieron dos veces bajarme a quirófano,
una para operarme del estómago y otra del riñón y además aferrados a que sí, y
lo que pasaba, como cada día estaba en una habitación, la que había antes que
yo era esa, no yo, pero como no le daban tiempo a cambiar el historial...
Estaba aterrada, eran muchas noches sin dormir ni descansar y de día menos.
Tenía tantísimo miedo que conocí a uno de Comisiones Obreras que creí que me
iba a ayudar y raro el día que no le llamaba para que me sacara de allí o
hiciera algo. No lo podía soportar más. Aquello era horrible. Entonces no tenía
mucho contacto con los medios de comunicación. Si lo hubiera tenido tampoco me
hubieran ayudado y el de CC.OO. tampoco. Lo hizo D. Emilio, no me acuerdo bien
de su nombre.
A los 17 o 18 días de estar
ingresada me operaron y lo único que me hicieron en tantos días fue sufrir lo
inimaginable y llorar muchísimo. Sólo me hicieron unos electrocardiogramas, que
por error me los hicieron tres veces. Me negué, y ellos que sí, y como no es
peligroso ni malo. Bueno, que yo sepa. Me dejé. Si llega a ser otra cosa
desconocida y hubiera sido tan insistente la única solución hubiera sido irme
del hospital. Si hubiera podido sí, no que cuando quería operarme del estómago
me vi y me deseé en que me creyeran. Fue horrible e inhumano. A esto no hay
derecho, y el colmo fue el día que me operaron. Con el miedo y terror que le
tengo al quirófano y lo horrible que lo pasé esa noche. Creí que iba a estar
sola, pero a las 10 de la noche me entra una medio loca, no sé lo que le habían
dado y había perdido la cabeza y le traían de cuidados intensivos. Le dicen a
los hijos que no la suben a la planta y cuando se van la suben y me la trajeron
a mí, y esta fue la peor y las circunstancias en que yo estaba. Venía gritando
y chillando, que se tiraba de la cama. Quería arrancarse el suero. Toda la
noche llamando a la enfermera y como yo estaba. Pedí una tila doble y un
tranquilizante y otras veces medio me da resultado y paso la noche medio
tranquila, pero así como. Viendo el plan le pedí a las niñas que me dejaran
algo que leer y por donde me dejan tebeos y cosas de miedo, y como me gustan me
puse a leer y a escuchar música, porque dormir imposible, y ya de madrugada no
podía más que llorar y leer. Tenía los ojos muy mal y la noche de atrás que la
pasé sin dormir. Cerré los ojos un poco para que me descansaran. Era de
madrugada, ya no fueron ni 15 minutos. Mi compañera se tiró de la cama medio a
oscuras y yo como estaba y me la veo chorreando sangre. Se había arrancado el
suero, agarrada a mi cama, con los pelos tiesos y de punta. Llevaba varios días
en cuidados intensivos y de no arreglarse, los ojos desencajados, tan gorda y
medio desnuda. Salí corriendo chillando y llorando. Me cogieron en el ascensor
con un ataque de histeria. De esto no me acuerdo de nada. Lo que me contaron.
Sólo recuerdo cuando la vía así salté de la cama, sólo eso, lo que hice no. Me
tuvieron que dar varias guantadas para que reaccionara, ni las sentí. Después
me tiré horas y horas llorando. Ni los tranquilizantes que me pusieron me
hicieron efecto. Fue horrible, estuve al borde del infarto y estuvieron a punto
de suspender la operación por lo mal que estaba. Cuando el médico de planta se
enteró hubo una buena pelea, que como pueden poner un enfermo que lo van a
operar con otro así, que lo que necesita es la máxima tranquilidad, no eso. Él
se preocupó mucho por mí, me vio tan mal y le echó la bronca a quien no tenía
culpa, al personal sanitario. Los verdaderos culpables, la malísima
administración que había en todos los sentidos. A pesar de lo mal que lo pasé,
ahora me acuerdo y lo cuento como anécdota y me parto de risa porque cuando la
vi agarrada a mi cama y de aquella manera chorreando sangre no sabía si era
Drácula o Frankenstein u otro personaje de los tebeos, así salí corriendo que
luego me decían, estará coja, pero cómo corría.
En los 24 años que llevo en
los hospitales jamás he chillado o he gritado o algo así, fue horrible, si no
me hubieran operado al otro día no hubiera pasado nada. Ya llevaba muchas
noches así pero estaba bien y tranquila, no del todo, pero no así.
Otra cosa que solían hacer
y en tantos años jamás me lo habían hecho y llevo 17 operaciones, ya me lo dijo
una compañera y me parecía increíble, que te obligan a la fuerza, a bajar
desnuda a quirófano, que no te respeten absolutamente nada. No la lie porque
pensé que sería igual que aquí, y aunque no me sentó bien lo acepté, pero hoy
lo denuncio aquí públicamente para que nos traten como a seres humanos y nos
respeten nuestra intimidad, si puede ser. Por qué, no lo sé, intenté
averiguarlo y nadie sabía nada. Alguna decía por higiene y vaya asquerosidad
que descubrí cuando me tocó a mí. Llevaba dos días sin cambiar la cama, me
duché y me cambié de camisón porque quise. Te bajan al quirófano y en la sala
de espera antes de entrar al quirófano está la familia de alguno fumando y con
todos los microbios de la calle. Te pasan al quirófano por una ventana, de la
cama a una camilla sin sábanas y la que te ponen encima es la de tu cama, con
dos días sin cambiar. Como no llevas ropa te quedas pegada a la camilla que das
asco, y si piensas que momentos antes alguien ha muerto ahí y totalmente segura
que no la limpian. Si la hubiera mirado habría de todo allí, con lo mal que
estaba, no soporto estar en quirófano y encima todo aquello, pensé que me
pasarían a la mesa de quirófano y que va, allí mismo me operaron. Me fijaron al
suelo y ya está. Luego cuando me desperté y vi como estaba pedí un baño para
lavarme. Me daba asco como estaba, los brazos llenos de sangre y escayola y yo
que sé más. Hasta la cara, de los pies a la cabeza toda llena. Me quité lo más
gordo y al otro día aunque no me podía levantar lo hice y me fui al baño y me
duché. No tenía yo creo un sitio limpio en todo el cuerpo. Increíble para mí
misma, jamás me había pasado algo así. Qué harían y como lo harían para estar
así. Si esto es higiene que venga Dios y lo vea. Yo creo que lo de obligarte a
ir desnuda va por otro camino. Ya se han dado casos de violación y otras cosas
y por desgracia lo sé. Ya lo contaré si puedo más adelante, porque si te operan
de un dedo, sea de la mano o del pie o de un ojo, que les estorba la ropa
interior; el camisón medio tiene un pase, pero lo otro no, y si no que te dé
una explicación. Y no saben nada, por higiene mentira y mil veces mentira, y la
mayoría salía igual que yo de manchada y asquerosa. Tenía una compañera y esta
pobre sí que se lo hicieron horrible, peor que a mí. Sólo tenía 16 años, era
muy tímida y reservada. Tenía un bulto en el hombro y ella días antes empezó
con la regla y estaba contenta porque así no le quitarían el pantalón del
pijama. Cuando la subieron y atontada como estaba de la anestesia, llorando me
dijo, Mari, los asquerosos estos me lo han quitado todo. Al otro día me lo
contó todo y desde luego son crueles e inhumanos. Se lo quitaron todo, hasta la
compresa y no le pusieron absolutamente nada. Lo pasó horrible y esta subió
peor que yo. Parecía que habían cometido un crimen con ella. Como estaba de
sangre por todos los lados. Otra compañera cuando subió a la planta sólo traía
la colcha, una de las sábanas la había perdido por los pasillos y decía, a mí
me han tenido haciendo striptease por los pasillos. Sabe Dios donde perdí la
sábana y hasta que llegué a mi cama y me taparon con la colcha. Fueron muchos
casos los que vi, todos crueles e inhumanos, y desde aquí hago un llamamiento a
todo el personal sanitario, que no seáis tan crueles e inhumanos con los
enfermos, y respetadlos y tratadlos como seres humanos, no así.
Yo iba de sorpresa en
sorpresa, jamás había visto esto ni me lo habían hecho. Me operaron de
apendicitis y no me quitaron ni tan siquiera la ropa interior y ahí si lo hacen
se comprende. Sólo lo hicieron cuando me quitaron el hueso de la cadera para el
injerto. Entonces sí y era de comprender y además me taparon muy bien con
algodones y paños verdes y así subí a planta. No me los quitaron, lo hice yo,
por qué no hacéis esto. Y si lo hicieran como aquí, en Reina Sofía, lo
aceptaría y lo entendería. Allí jamás. Aquí el día antes de operarte, por la
noche te obligan a bañarte con unos líquidos asquerosos y hasta que no te metes
dentro de la bañera no te dejan sola. Te cambian la cama por la noche. Por la
mañana te vuelven a cambiar y te lavan un poco, ya sin esos líquidos. Cuando te
llevan al quirófano la familia se queda en la zona de los ascensores y ya
entras en zona esterilizada. Quien te lleva, lleva gorro y calzos, o mejor
dicho zapatillas de plástico encima de las que llevan. Te dejan en reanimación
y cuanto te llevan a quirófano vienen con una camilla toda de verde, igual que
ellos. Así les tengo manía y odio al verde que no lo soporto. Te pasan a la
mesa de quirófano y te cubren toda de verde. Hay veces que lo único que no te
tapan es la cara porque no puede ser. Ha habido veces que ni tan siquiera he tenido
la uña del pie manchada de escayola. Jamás lo que me hicieron en Madrid, y son
16 operaciones. No sé si seguirán igual. En higiene se llevan la palma o se la
llevaba el Hospital Reina Sofía. Tengo muchas quejas de él pero en eso, el
mejor. En otros ha sido diferente. Ha habido otro tipo de higiene, no tanta
pero no está mal, pero el hospital Ramón y Cajal el más terrible y horrible y
peor hospital que he estado en mi vida. Y me contaron gente que le había pasado
que hay hospitales que antes de bajar a quirófano te rasuran o para que se
entienda mejor, te afeitan tu parte íntima, sea lo que sea, si es la nariz, o
un ojo, da igual. Quien me lo dijo le tocó a su hija. Le sacaron un tornillo
del pie y por fuerza se lo hicieron. Sólo tenía 17 años, lo pasó horrible,
soportar tal humillación y segundo, le cortaron o no sé qué es lo que hicieron,
se le infectó y cogió infección. Venían al principio a curarla todos los días,
curas horribles y tan íntimas y personales y con esa edad. Cayó en una
depresión y decía la madre, tres años ya y no se ha recuperado todavía. La
herida que le hicieron tardaron casi ocho meses en curársela. Sólo tenía que
estar un día ingresada y salió, pero al poco tiempo tuvo que ingresar en otro
hospital para que le curaran lo que le hicieron. Estuvo más de un mes
hospitalizada, lo pasó terrible y después de tres años aún no se había
recuperado del trauma tan terrible que le causaron. No me acuerdo que hospital
me dijo.
Yo creo que es cruel e
inhumano destruir así a una persona innecesariamente, porque que tiene que ver
el tobillo con lo otro. Si fuera necesario, vale. Si es cuando dan a luz y a
veces sólo quitan lo necesario. Para un tobillo todo es incomprensible y cruel.
A mí me lo hacen y la lío. No lo lie por lo otro porque no estaba segura que lo
hicieran. A lo mejor eran algunos casos después porque no podía. Anda, si la
noche de antes de operarme fue terrible, esa no iba a ser menos. Cuando subí ya
tenía otra igual que la otra. Qué noche, con la operación tan grande que había
sido y lo mal que estaba.
Esta vez acabé en la unidad
de cuidados intensivos, estuve dos o tres días en coma, cuando desperté y aún
atontada no sabía dónde estaba, empecé a oír gritos e insultos de toda clase,
faltó poco para que me hubieran dado una paliza, fue horrible, y todo por lo
que había hecho y ahí no queda la cosa. Tan mal como estaba después supe que
tuve una parada cardíaca y al borde del infarto, gritándome me decían que me
tenía que ir a mi casa o al hospital psiquiátrico. A ese hospital le tenía terror,
había oído cosas horribles y espantosas y había leído, seguían gritándome que a
mi casa o al hospital, les rogué y supliqué que me dejaran en ese hospital
hasta que me recuperará un poco. No me escucharon, les importó poco mi
sufrimiento y lágrimas, no quería ir a mi casa por nada del mundo, pero tampoco
al otro sitio sabiendo lo que sabía y el miedo que le tenía. Opté por el
hospital, me tenían atada de pies y manos y no me moví, al quitarme la correa
lo hicieron con tanta mala leche que me hicieron heridas tanto en los pies como
las manos, y sobre todo el pie malo. Tengo la piel muy delicada, tenía suero y
la aguja la tenía cubierta con bastante esparadrapo, ni tan siquiera me lo
quitaron, cogieron la goma del suero y de un estirón me sacaron la aguja y los
esparadrapos. Fue horrible el daño que me hicieron y una gran herida que no me
curaron. Una enfermera al verme tan mal y el brazo chorreando sangre se dignó a
curarme y ahí no queda la cosa, me pusieron una inyección que no sé para qué y
dónde me la pusieron, y cómo lo hicieron, fue en la ingle con tanta mala leche
que estuve más de una semana con derrame en toda la pierna y gran bulto, no
podía estar sentada y casi ni andar. Si hubiera habido una ventana cerca me
tiro u otra cosa. Fue terrorífico e increíble, para mí misma aún hoy, por qué
hacer esto, si tanto nos odiáis a los suicidas, que nos dejen morir en paz,
para que nos salvan y nos torturáis así y nos obligáis a hacerlo otra vez si
pudiéramos. Es inhumano lo que hacéis, me habían comentado cosas que en
cuidados intensivos trataban muy mal a los suicidas, que cuando hacen el lavado
de estómago han llegado a romperle los dientes o destrozarles el estómago,
entre otras cosas, porque esto me lo dijo una persona que trabaja dentro de un
hospital y yo le comenté lo que me habían hecho. Me dijo que eso era normal,
que recibiera ese trato. Hay casos en que no lo hacen bien, por qué nos
respetáis y nos ayudáis en vez de destruirnos del todo. Decís que nos da un
arrebato de locura y lo hacemos. No y mil veces no, habrá casos que si pero del
100% el 98% lo hacen como yo, conscientes y sabiendo lo que hacen. Lo que pasa
es que nadie los escucha ni los entiende.
Y desde aquí les mando un
mensaje a todos los médicos, a todo el personal sanitario de cuidados
intensivos o de plantas, que jamás les hagáis lo que a mí a otro suicida, y
tratadlo con respeto y dignidad. No somos perros, somos seres humanos que
necesitamos cariño y comprensión y que nos escuchen y nos ayuden. Si no pensáis
tratarlos así dejadlos mejor morir en paz y no torturadlos. Os pido que los
ayudéis.
Por qué te tratan la
mayoría de las veces en los hospitales no como un ser humano sino como si
fueras un objeto o número o letra y demasiadas veces como si fuéramos perros,
por qué discriminar la clase baja de la alta. Todo lo mejor para ellos, por qué
les hacen buenos regalos y a los otros no. Era niña y a otra su padre era rico
y le llevaba regalos y a mí y a otras niñas que había, eran como yo, pobre, el
personal sanitario nos trataba con la punta del pie. Todo para esa niña, ni tan
siquiera nos daban un caramelo. Sólo teníamos entre 7, 10 y 15 años.
Entre otras mil cosas que
me han hecho y he visto porque yo creo que es cruel e inhumano y más siendo
niña, porque no respetan nuestra intimidad. Entre compañeras que cuesta poner
unas cortinas como las que hay en el Hospital General, el único que he visto, y
conozco demasiados hospitales, lo mal que se pasa si te tienes que hacer algo
personal e íntimo, y mal lo pasas pero si tienes una compañera peor todavía y
también lo pasas mal si a tu compañera le tienen que hacer algo y lo tienes que
presenciar, si puedes te levantas y te vas y si no te tienes que aguantar ahí.
Tanto no cuesta poner esas cortinas y cuando te tengan que hacer algo echarlas
y separarnos.
Hay veces que son cosas muy
desagradables, ver casi morir a tu compañera y todo lo que le hacen es
horrible, son tantísimas cosas. Las comidas parecen para perros en vez de
enfermos. Los regímenes eso ya ni para perros, aún peor son. No sólo culpo al
personal sanitario sino a la gente que la mayoría no se atiene a las normas del
hospital, tanto los enfermos como los familiares, y hacen lo que quieren, y luego
pagamos justos por pecadores y lo peor es cuando estás recién operada y tan mal
y tienen a más de 10 en la habitación, tanto si son tuyos o de tu compañera y
no paran de hablar y lo único que deseas es estar sola y no oír nada. Es
horrible, te dan ganas de tirarlo por la ventana. Agradeces las visitas porque
si no va nadie te sientes tan mal y sola, pero con moderación. La mayoría de
las veces aunque no sea hora de visita tienen todo el día la habitación llena
de gente, que si te tienes que levantar tienes espectadores o los tienes que
echar. Son miles y miles de cosas. Sólo he dicho alguna.
1.994. Aunque llevamos un
poco más de medio año tengo bastantes documentos. Si en los otros era agresiva,
en estos al máximo. Ellos se lo han buscado. Es que le digo tantísimo que ya no
me queda qué decirles y ahí siguen callados. Por mucho menos que yo les digo te
ponen una querella. ¿Por qué a mí no? Ojalá fueran capaces de hacerlo, no
pueden. Saben que yo tengo toda la razón del mundo y ellos me han dado pruebas,
fuerza y poder con sus cartas. Así que se esconden la cabeza como las
avestruces. Les digo que no son hombres por no decirles claro que son unos
maricones, que me harán que se lo diga y reconozco que me paso, pero ellos se
lo han buscado y me han obligado a llegar a eso y mucho más. Hay cosas que no
sé si las voy a poder escribir, es tan terrible y muchísimo daño por todos
sitios. No creo que haya una persona en el mundo que esté sufriendo tantísimo
como yo. Tanto daño como me han hecho, pero esto ha sido lo máximo. Casi nadie
lo sabe, sólo alguna amiga, fue tan terrible que lo he ocultado. Sólo lo sabe
bien mi diario y si lo hago aquí es porque jamás hagan esto a otra persona.
Nadie sabe lo horrible que fue y el daño tan terrible que me hicieron, y no
sólo eso sino moral, psicológico, me destrozaron, me va a ser muy difícil y
duro volver a recordar esa pesadilla tan horrible. Lo hago porque no quiero que
nadie pase por esta terrible pesadilla que a mí me hicieron pasar y si con esto
puedo evitar que se repita en otras personas...
Pasó hace 7 u 8 años, más
que de pensarlo se me llenan los ojos de lágrimas. Le he dado muchas vueltas
para dar este paso y recordar lo pasado, ya que lo había olvidado. Un poco lo
he superado, pero aún hoy no lo tengo superado del todo, eso y otras cosas más
o menos igual y también fue en el mismo sitio.
Me violaron en el Hospital
Reina Sofía de Córdoba, para mí fue eso. Todo empezó como estar mal, casi
siempre el estómago, la barriga, tengo muchos problemas con la regla, aquella
vez se me juntó todo y me ingresaron en maternidad. El primer día que me
reconocieron sabía que yo no había tenido relaciones, y no lo hicieron. El
segundo día era otro médico y dice que me tiene que hacer una prueba. El otro
le dijo que no, que a mí no me la podía hacer. Los oí discutir e insistir mucho
que no me podía hacer esa prueba. Estaba asustada, ellos estaban en el pasillo.
Lo oí, se fueron y ya me tranquilicé un poco. No duró mucho. Vino una enfermera
a por mí y no sé lo que me dio. Estaba aterrorizada, con todo lo que había oído
estaba acostada y no me quise levantar. La enfermera me obligó, estando en la
puerta para entrar casi me caí al suelo de lo mal que me sentía. Me cogieron y
me echaron en una camilla sin decirme nada de lo que me iban a hacer. Me abren
de piernas y me las atan. Estaba tan mal que no tenía fuerzas para hablar. Lo que
me hicieron ya os lo podéis imaginar. Fue tan terrible y horrible, sólo lo
sabéis bien los que por desgracia habéis pasado por esto. La única diferencia
que fue con instrumental quirúrgico. Yo, aún peor, me tuve que dejar a la
fuerza. Ni tan siquiera pude luchar o gritar, defenderme, aunque de nada te
sirve, pero yo no podía. Ahora me pregunto por qué, no sé, otra cosa, podía
haber hecho algo pero estaba tan mal, estaba atontada. Lo único que pude decir
es que me dejaran. No sé cómo se lo dije. Ellos me respondieron con mal genio y
malos modos. Fue un daño horrible y no grité, jamás lo he hecho y aunque estaba
como estaba, sé que no lo hice. Ojalá lo hubiera hecho, para que ellos me
hablaran encima así de mal. Fue un daño tan horrible y no sólo ese, sino moral
y psicológico. Me destrozaron y me hundieron y me han humillado al máximo.
Cuando me puse de pie, la sangre corría por la habitación, me asusté todavía
más, nadie me ayudó y menos darme una explicación. Iba chorreando sangre, tenía
el camisón y la bata toda llena. Llegué a mi habitación como pude porque nadie
me ayudó y me fui a la ducha. Me sentía horrible, no ya el dolor solo, sino mil
cosas más. Estuve dos días con hemorragias y 6 o 7 manchando más que cuando
tengo la regla, y unas heridas muy dolorosas que tardaron días en cicatrizar, y
otra que aún hoy sigue abierta. Me pasé días y noches llorando y mal demasiados
meses.
A nadie se lo dije, sólo
conté algo en mi diario. Si esto no es una violación que venga Dios y lo vea,
porque para mí fue eso o peor, y esto no pueden hacerlo tanto si has tenido
relaciones o no y más en mi caso, tenía que haberlo autorizado y no hacerlo
así, salvajemente. Si es necesario hacer esa prueba porque te puede salvar la
vida, que la hagan, pero no así, sobre todo que te respeten y te hablen claro,
no como a un perro, como hicieron conmigo, y encima estúpidos y groseros. El
que no quería hacérmela fue más amable. Si supiera el nombre del médico lo iba
a poner con letra muy grande. Lo que me hizo que jamás se lo haga a nadie. Si
me lo explican y me hablan claro, lo hubiera entendido, lo hubiera pasado mal
pero no tan horrible como me lo hizo pasar, y no me hubiera sentido violada, y
no ese día sino muchos más. Fueron meses y meses, me recuperé y lo superé, pero
hay cosas que aún hoy me siguen afectando. No las he podido superar todavía.
Cuando es evitable tanto sufrimiento. Jamás, jamás le hagan esto a nadie. Sólo
hay una diferencia, a mí me lo hicieron con instrumentos quirúrgicos. Tan
terrible es una cosa como la otra o más, y esta es evitable. Por qué lo hacéis,
sé que yo no seré la única. Me han hecho cosas terribles toda mi vida, pero
esta ha sido la peor. Si publicándolo aquí puedo evitar que se lo hagan a otras
personas, que no seáis cobardes y denunciarlos, yo no fui capaz, hoy lo hubiera
hecho. Es algo tan personal e íntimo que es muy difícil hacerlo, porque nadie
te cree y menos te escucha, y es mejor callar. Y estamos equivocados, hay que
afrontarlo y denunciarlo aunque no nos crean, para evitarlo sea como sea y sobre
todo luchar y jamás rendirse; y ya que he sacado este tema tan horrible voy a
seguir porque no ha sido la primera vez. Pero sólo fueron intentos. La primera
vez tenía 13 años y estaba en el hospital de San Juan de Dios en Córdoba. Yo,
en aquellos entonces no tenía ni idea del tema del sexo por otros problemas
familiares y otras cosas que ahora no vienen aquí, y a pesar de esa edad estaba
absolutamente ignorante en ese tema. Y pasó lo que pasó. Ese hospital era
llevado por frailes. Creí que eran buenos y qué equivocada estaba. Ahora me doy
cuenta. Entonces no estaba el hermano Pablo. Creí que era muy bueno porque
jugaba mucho conmigo y otras niñas y sobre todo nos daba cariño, el que jamás
tuve por parte de mi familia; y no era cariño, ahora me doy cuenta. Quería otra
cosa que no consiguió, por lo menos de mí, de otras no sé. Yo, de muy pequeña,
jamás me ha gustado que me viera nadie desnuda, era muy reservada y mi familia
sobre el tema del sexo me tenía aterrorizada y no sabía nada. Con 16 o 17 años
ya sabía algo pero poco más, y me lo enseñaron las compañeras. Mi familia con
esa edad me amenazaba si iba a un perol con un chico. Si volvía embarazada no
entraría en mi casa y mil cosas más así. Mejor dejarlo aquí.
Era otra cosa lo que
buscaba el hermano. Le gustaba tocarnos las partes más íntimas y por la fuerza
nos tenía que ver las bragas que llevábamos cada día, aunque no sabía qué era.
Eso no me gustaba, no lo dejaba. Había veces en que mi cama estaba al lado de
una ventana y cuantas veces me he saltado por ella. Daba a una terraza y a
veces con la pierna escayolada. Otras niñas se estaban quietas y se dejaban, yo
no lo soportaba. Yo creo que ellas le pasaban como a mí, no tenía ni idea del
tema. Otro de los hermanos que había, igual. Era el hermano Alejandro. Me
parece que no me acuerdo bien de su nombre. Éste lo hacía con menos frecuencia,
pero iba directo. Una de las muchas veces que lo intentó estaba en el botiquín
y me estaba curando, no sé si la rodilla o el pie. Me obligó a que me echara en
la camilla. Cuando me curan me gusta verme la herida, aunque luego cierro los
ojos y me quedo sentada. No me gusta estar echada de nunca. Él me obligó, me
subió el camisón y empezó a reconocerme sin ser necesario. Luego empezó a
acariciarme el pecho. Yo no quería, intenté defenderme pero no podía, siguió
para abajo, quiso bajarme las bragas pero se encontró que estaba con la regla y
ahí quedó. Menos mal, lo pasé muy mal, no soportaba aquello, y fueron muchas
veces, fueron meses y años soportando esto de uno y de otro. Me pude escapar de
todos y no llegar al final, pero fue horrible, insoportable, había veces que me
era muy difícil escapar de su garra. Luego yo aprendí y ya entendía más de sexo
y aún me era más insoportable, me sentía mal y a quién se lo decía. Me daba asco,
era humillante. Esto lo tuve que soportar hasta que casi salí del Hospital ese.
El hermano Pablo empezaba
con los juegos y acababa haciendo lo que no debía, pero el otro directo. Luego
había otro, el hermano Antonio. Este jamás me puso una mano encima, sólo para
curarme, pero vi en él cosas muy raras con otras niñas, y sólo de noche, cuando
ya estaba medio dormida venía y con alguna niña se sentaba en su cama, y estaba
a veces horas con ella. Muchas veces me levantaba al cuarto de baño y casi
estaba acostado con ella. Esto no he sido capaz de decirlo a nadie, ni tan
siquiera contarlo en mi diario. Tenía tanto miedo, en ese tiempo que no era
capaz. Sino conté todo lo contrario, y eso que era medio cura. Al cabo de los
años supe lo que me hicieron durante años. Estuvieron abusando de mí y de las
demás niñas. Estábamos entre 7 u 8 niñas, y entre 12 y 15 años. Quién sabe si
alguna no fue violada. A mí casi lo consiguen. Quién nos iba a creer que unos
frailes hicieran eso, es hoy y estoy segura de que tampoco me creen.
Hubo una segunda vez,
estaba en el Hospital Reina Sofía y esta vez sí fue un cura. Hace ya mucho
tiempo estaba muy mal, había intentado suicidarme y los médicos pidieron ayuda
al cura para que me ayudara. No quería irme a mi casa. A ver si él me podía
buscar una residencia o algo así, y vaya ayuda. Me llevó a un despacho y cerró
la puerta. Ahí ya empezó a mosquear. Lo primero que en mi habitación estaba
sola y aunque hubiera estado alguien. Y más cuando me obligó a sentarme en la
camilla en vez de una silla y él a mi lado. Me echó el brazo por encima, tenía
un mosqueo, casi no hablamos, y se lanzó sobre mí y me metió mano. Salté de la
camilla y salí corriendo hacia la puerta. Él intentó impedírmelo pero no pudo.
Fue horrible y menos mal que la puerta no tenía llave o cerrojo. Su intención
era cerrarla bien.
La tercera ya no pude
escapar, espero que esto sirva para que no lo hagan más, y nos crean de una vez
ya y nos ayuden en vez de torturarnos con sus preguntas e incredulidad,
insolidaridad e inhumanidad. En vez de ayudarnos de verdad nos hacen más daño.
Esto me causó mucho daño y me ha destrozado muchas amigas. Me dicen que soy
rara en el tema del sexo porque paso de él y no he tenido relaciones todavía.
La verdad, me da asco y no lo soporto. Me viene del pasado y no lo aguanto,
pero esto nadie lo sabe, no me gusta ni hablar. Si lo tengo que hacer lo hago,
pero si puedo lo evito y no me causo más traumas, porque paso del tema este y a
mi manera soy feliz. Siento tanto placer y felicidad ayudando a los demás como
si hiciera el amor. Sé que son distintos uno del otro, pero para mí el más
importante es ayudar a los demás y el que más felicidad y paz me ha dado, y mil
cosas más que creo que jamás lo tendré con el otro. Y yo creo que jamás lo
cambiaría, sé que ahí me han destrozado y han hundido, lo he superado así y
sobre todo estoy a gusto conmigo misma y feliz. No necesito eso que tantísimos
daños y sufrimiento me ha causado. Paso de eso. Fueron demasiados años en
silencio soportando, tanta humillación y dolor y hasta hoy jamás lo había
contado a nadie, ni tan siquiera a mi diario. Me podía el miedo y después he
pasado.
Y hay otra vez más que
gracias a Dios sólo quedó en intento. Esta vez fue por parte de un familiar, el
único que me ha ayudado y se quiso cobrar así y menos mal que sólo fue esa, tan
horrible como las demás. Quiera Dios que jamás se vuelva a repetir esto y que
nadie tenga que pasar por esto, pero por desgracia no es así. Aquí tengo un
pequeño reportaje de un médico que ha estado abusando de los enfermos, y la que
lo denuncia nadie la cree. Luego esto ha seguido adelante y han salido pruebas
y entonces si la han creído. Por qué ahora si la creen, y si no hay pruebas que
pasa. Hubiera seguido abusando de más y más y nadie la hubiera creído, porque
ante abusos y violaciones jamás nadie nos cree y encima de lo mal y horrible
que lo pasamos, encima somos las culpables. Por qué esta gran injusticia, y por
eso callamos y no y mil veces no. Por muy duro que sea hay que hablar y
denunciarlo. Algún día nos creerán y nos ayudarán, en vez de torturarnos
encima.
105 mujeres de La Puebla de
Alfidén dicen que sufrieron o fueron testigos de las "prácticas" del
facultativo.
Un médico de Zaragoza,
denunciado por abusos deshonestos.
La presión y la protesta de
las mujeres de La Puebla de Alfidén, en Zaragoza, obligó a las autoridades a proceder
a la suspensión del médico de la localidad, denunciado por 105 vecinas por
supuestos abusos deshonestos.
El Servicio Aragonés de la
Salud (SAS) del Gobierno aragonés y el Insalud comunicaron ayer al facultativo,
A.C.P., su suspensión cautelar, mientras se resuelve la investigación abierta.
Aunque la denuncia inicial
partió de una madre y su hija, posteriormente un numeroso colectivo de mujeres
firmó el documento en el que aseguran haber sido víctimas o testigos del
"comportamiento degradante del facultativo", según sendas
informaciones publicadas por el Heraldo de Aragón y El
Periódico de Aragón.
Además, un grupo de vecinas
de esta localidad zaragozana, de 1.500 habitantes, interrumpió el pasado jueves
el pleno municipal para exigir el traslado del facultativo, informa Efe. La
primera mujer denunciante de los hechos declaró a Radio Nacional de España que
el médico la obligó "a adoptar posiciones obscenas", y ella,
"por vergüenza", accedió. Sin embargo, la denunciante no se calló
cuando el facultativo pidió a su hija, de 14 años, que hiciera lo mismo.
Ante estos hechos, el
Gobierno aragonés, a través del SAS, ha nombrado un instructor y una secretaria
para incoar el expediente al médico titular de la localidad, y ha procedido a
su sustitución, de forma que así se garantice la continuidad de la asistencia
sanitaria.
El director gerente del
SAS, Francisco Javier Guelbenzu, manifestó que en el caso de que se confirme la
veracidad de las denuncias presentadas se dará cuenta de los hechos al Juzgado
de lo Penal, y añadió que lo sucedido se perfila "lo suficientemente grave
como para que la Administración tome medidas y suspenda de forma cautelar el
ejercicio de las funciones" del médico.
Esto informe no me deja zócalo podéis verlo en el original ya lo intentare otro día .
Documentos:
[ Documento 1 ] [ Documento 2 ] [ Documento 3 ] [ Documento 4 ] [ Documento 5 ] http://www.injusticiasmedicas.com/webantigua/frames02.htm |
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