Translate

jueves, 12 de marzo de 2015

4 - Por qué no nos respetáis nuestra intimidad y nos tratáis como seres

POR QUÉ NO NOS RESPETAIS NUESTRA INTIMIDAD Y NOS TRATAIS COMO SERES HUMANOS, PORQUE POR AHORA LO QUE HE VISTO SOMOS TRATADOS A VECES PEOR QUE LOS PERROS SOLO SOMOS UN NÚMERO O UNA LETRA. DONDE ESTÁ LA HUMANIDAD. ¿POR QUÉ ABUSAIS DE LOS ENFERMOS?
No sabía cuándo me operaba. De hacerme pruebas en la pierna, nada. Quisieron dos veces bajarme a quirófano, una para operarme del estómago y otra del riñón y además aferrados a que sí, y lo que pasaba, como cada día estaba en una habitación, la que había antes que yo era esa, no yo, pero como no le daban tiempo a cambiar el historial... Estaba aterrada, eran muchas noches sin dormir ni descansar y de día menos. Tenía tantísimo miedo que conocí a uno de Comisiones Obreras que creí que me iba a ayudar y raro el día que no le llamaba para que me sacara de allí o hiciera algo. No lo podía soportar más. Aquello era horrible. Entonces no tenía mucho contacto con los medios de comunicación. Si lo hubiera tenido tampoco me hubieran ayudado y el de CC.OO. tampoco. Lo hizo D. Emilio, no me acuerdo bien de su nombre.
A los 17 o 18 días de estar ingresada me operaron y lo único que me hicieron en tantos días fue sufrir lo inimaginable y llorar muchísimo. Sólo me hicieron unos electrocardiogramas, que por error me los hicieron tres veces. Me negué, y ellos que sí, y como no es peligroso ni malo. Bueno, que yo sepa. Me dejé. Si llega a ser otra cosa desconocida y hubiera sido tan insistente la única solución hubiera sido irme del hospital. Si hubiera podido sí, no que cuando quería operarme del estómago me vi y me deseé en que me creyeran. Fue horrible e inhumano. A esto no hay derecho, y el colmo fue el día que me operaron. Con el miedo y terror que le tengo al quirófano y lo horrible que lo pasé esa noche. Creí que iba a estar sola, pero a las 10 de la noche me entra una medio loca, no sé lo que le habían dado y había perdido la cabeza y le traían de cuidados intensivos. Le dicen a los hijos que no la suben a la planta y cuando se van la suben y me la trajeron a mí, y esta fue la peor y las circunstancias en que yo estaba. Venía gritando y chillando, que se tiraba de la cama. Quería arrancarse el suero. Toda la noche llamando a la enfermera y como yo estaba. Pedí una tila doble y un tranquilizante y otras veces medio me da resultado y paso la noche medio tranquila, pero así como. Viendo el plan le pedí a las niñas que me dejaran algo que leer y por donde me dejan tebeos y cosas de miedo, y como me gustan me puse a leer y a escuchar música, porque dormir imposible, y ya de madrugada no podía más que llorar y leer. Tenía los ojos muy mal y la noche de atrás que la pasé sin dormir. Cerré los ojos un poco para que me descansaran. Era de madrugada, ya no fueron ni 15 minutos. Mi compañera se tiró de la cama medio a oscuras y yo como estaba y me la veo chorreando sangre. Se había arrancado el suero, agarrada a mi cama, con los pelos tiesos y de punta. Llevaba varios días en cuidados intensivos y de no arreglarse, los ojos desencajados, tan gorda y medio desnuda. Salí corriendo chillando y llorando. Me cogieron en el ascensor con un ataque de histeria. De esto no me acuerdo de nada. Lo que me contaron. Sólo recuerdo cuando la vía así salté de la cama, sólo eso, lo que hice no. Me tuvieron que dar varias guantadas para que reaccionara, ni las sentí. Después me tiré horas y horas llorando. Ni los tranquilizantes que me pusieron me hicieron efecto. Fue horrible, estuve al borde del infarto y estuvieron a punto de suspender la operación por lo mal que estaba. Cuando el médico de planta se enteró hubo una buena pelea, que como pueden poner un enfermo que lo van a operar con otro así, que lo que necesita es la máxima tranquilidad, no eso. Él se preocupó mucho por mí, me vio tan mal y le echó la bronca a quien no tenía culpa, al personal sanitario. Los verdaderos culpables, la malísima administración que había en todos los sentidos. A pesar de lo mal que lo pasé, ahora me acuerdo y lo cuento como anécdota y me parto de risa porque cuando la vi agarrada a mi cama y de aquella manera chorreando sangre no sabía si era Drácula o Frankenstein u otro personaje de los tebeos, así salí corriendo que luego me decían, estará coja, pero cómo corría.
En los 24 años que llevo en los hospitales jamás he chillado o he gritado o algo así, fue horrible, si no me hubieran operado al otro día no hubiera pasado nada. Ya llevaba muchas noches así pero estaba bien y tranquila, no del todo, pero no así.
Otra cosa que solían hacer y en tantos años jamás me lo habían hecho y llevo 17 operaciones, ya me lo dijo una compañera y me parecía increíble, que te obligan a la fuerza, a bajar desnuda a quirófano, que no te respeten absolutamente nada. No la lie porque pensé que sería igual que aquí, y aunque no me sentó bien lo acepté, pero hoy lo denuncio aquí públicamente para que nos traten como a seres humanos y nos respeten nuestra intimidad, si puede ser. Por qué, no lo sé, intenté averiguarlo y nadie sabía nada. Alguna decía por higiene y vaya asquerosidad que descubrí cuando me tocó a mí. Llevaba dos días sin cambiar la cama, me duché y me cambié de camisón porque quise. Te bajan al quirófano y en la sala de espera antes de entrar al quirófano está la familia de alguno fumando y con todos los microbios de la calle. Te pasan al quirófano por una ventana, de la cama a una camilla sin sábanas y la que te ponen encima es la de tu cama, con dos días sin cambiar. Como no llevas ropa te quedas pegada a la camilla que das asco, y si piensas que momentos antes alguien ha muerto ahí y totalmente segura que no la limpian. Si la hubiera mirado habría de todo allí, con lo mal que estaba, no soporto estar en quirófano y encima todo aquello, pensé que me pasarían a la mesa de quirófano y que va, allí mismo me operaron. Me fijaron al suelo y ya está. Luego cuando me desperté y vi como estaba pedí un baño para lavarme. Me daba asco como estaba, los brazos llenos de sangre y escayola y yo que sé más. Hasta la cara, de los pies a la cabeza toda llena. Me quité lo más gordo y al otro día aunque no me podía levantar lo hice y me fui al baño y me duché. No tenía yo creo un sitio limpio en todo el cuerpo. Increíble para mí misma, jamás me había pasado algo así. Qué harían y como lo harían para estar así. Si esto es higiene que venga Dios y lo vea. Yo creo que lo de obligarte a ir desnuda va por otro camino. Ya se han dado casos de violación y otras cosas y por desgracia lo sé. Ya lo contaré si puedo más adelante, porque si te operan de un dedo, sea de la mano o del pie o de un ojo, que les estorba la ropa interior; el camisón medio tiene un pase, pero lo otro no, y si no que te dé una explicación. Y no saben nada, por higiene mentira y mil veces mentira, y la mayoría salía igual que yo de manchada y asquerosa. Tenía una compañera y esta pobre sí que se lo hicieron horrible, peor que a mí. Sólo tenía 16 años, era muy tímida y reservada. Tenía un bulto en el hombro y ella días antes empezó con la regla y estaba contenta porque así no le quitarían el pantalón del pijama. Cuando la subieron y atontada como estaba de la anestesia, llorando me dijo, Mari, los asquerosos estos me lo han quitado todo. Al otro día me lo contó todo y desde luego son crueles e inhumanos. Se lo quitaron todo, hasta la compresa y no le pusieron absolutamente nada. Lo pasó horrible y esta subió peor que yo. Parecía que habían cometido un crimen con ella. Como estaba de sangre por todos los lados. Otra compañera cuando subió a la planta sólo traía la colcha, una de las sábanas la había perdido por los pasillos y decía, a mí me han tenido haciendo striptease por los pasillos. Sabe Dios donde perdí la sábana y hasta que llegué a mi cama y me taparon con la colcha. Fueron muchos casos los que vi, todos crueles e inhumanos, y desde aquí hago un llamamiento a todo el personal sanitario, que no seáis tan crueles e inhumanos con los enfermos, y respetadlos y tratadlos como seres humanos, no así.
Yo iba de sorpresa en sorpresa, jamás había visto esto ni me lo habían hecho. Me operaron de apendicitis y no me quitaron ni tan siquiera la ropa interior y ahí si lo hacen se comprende. Sólo lo hicieron cuando me quitaron el hueso de la cadera para el injerto. Entonces sí y era de comprender y además me taparon muy bien con algodones y paños verdes y así subí a planta. No me los quitaron, lo hice yo, por qué no hacéis esto. Y si lo hicieran como aquí, en Reina Sofía, lo aceptaría y lo entendería. Allí jamás. Aquí el día antes de operarte, por la noche te obligan a bañarte con unos líquidos asquerosos y hasta que no te metes dentro de la bañera no te dejan sola. Te cambian la cama por la noche. Por la mañana te vuelven a cambiar y te lavan un poco, ya sin esos líquidos. Cuando te llevan al quirófano la familia se queda en la zona de los ascensores y ya entras en zona esterilizada. Quien te lleva, lleva gorro y calzos, o mejor dicho zapatillas de plástico encima de las que llevan. Te dejan en reanimación y cuanto te llevan a quirófano vienen con una camilla toda de verde, igual que ellos. Así les tengo manía y odio al verde que no lo soporto. Te pasan a la mesa de quirófano y te cubren toda de verde. Hay veces que lo único que no te tapan es la cara porque no puede ser. Ha habido veces que ni tan siquiera he tenido la uña del pie manchada de escayola. Jamás lo que me hicieron en Madrid, y son 16 operaciones. No sé si seguirán igual. En higiene se llevan la palma o se la llevaba el Hospital Reina Sofía. Tengo muchas quejas de él pero en eso, el mejor. En otros ha sido diferente. Ha habido otro tipo de higiene, no tanta pero no está mal, pero el hospital Ramón y Cajal el más terrible y horrible y peor hospital que he estado en mi vida. Y me contaron gente que le había pasado que hay hospitales que antes de bajar a quirófano te rasuran o para que se entienda mejor, te afeitan tu parte íntima, sea lo que sea, si es la nariz, o un ojo, da igual. Quien me lo dijo le tocó a su hija. Le sacaron un tornillo del pie y por fuerza se lo hicieron. Sólo tenía 17 años, lo pasó horrible, soportar tal humillación y segundo, le cortaron o no sé qué es lo que hicieron, se le infectó y cogió infección. Venían al principio a curarla todos los días, curas horribles y tan íntimas y personales y con esa edad. Cayó en una depresión y decía la madre, tres años ya y no se ha recuperado todavía. La herida que le hicieron tardaron casi ocho meses en curársela. Sólo tenía que estar un día ingresada y salió, pero al poco tiempo tuvo que ingresar en otro hospital para que le curaran lo que le hicieron. Estuvo más de un mes hospitalizada, lo pasó terrible y después de tres años aún no se había recuperado del trauma tan terrible que le causaron. No me acuerdo que hospital me dijo.
Yo creo que es cruel e inhumano destruir así a una persona innecesariamente, porque que tiene que ver el tobillo con lo otro. Si fuera necesario, vale. Si es cuando dan a luz y a veces sólo quitan lo necesario. Para un tobillo todo es incomprensible y cruel. A mí me lo hacen y la lío. No lo lie por lo otro porque no estaba segura que lo hicieran. A lo mejor eran algunos casos después porque no podía. Anda, si la noche de antes de operarme fue terrible, esa no iba a ser menos. Cuando subí ya tenía otra igual que la otra. Qué noche, con la operación tan grande que había sido y lo mal que estaba.
Esta vez acabé en la unidad de cuidados intensivos, estuve dos o tres días en coma, cuando desperté y aún atontada no sabía dónde estaba, empecé a oír gritos e insultos de toda clase, faltó poco para que me hubieran dado una paliza, fue horrible, y todo por lo que había hecho y ahí no queda la cosa. Tan mal como estaba después supe que tuve una parada cardíaca y al borde del infarto, gritándome me decían que me tenía que ir a mi casa o al hospital psiquiátrico. A ese hospital le tenía terror, había oído cosas horribles y espantosas y había leído, seguían gritándome que a mi casa o al hospital, les rogué y supliqué que me dejaran en ese hospital hasta que me recuperará un poco. No me escucharon, les importó poco mi sufrimiento y lágrimas, no quería ir a mi casa por nada del mundo, pero tampoco al otro sitio sabiendo lo que sabía y el miedo que le tenía. Opté por el hospital, me tenían atada de pies y manos y no me moví, al quitarme la correa lo hicieron con tanta mala leche que me hicieron heridas tanto en los pies como las manos, y sobre todo el pie malo. Tengo la piel muy delicada, tenía suero y la aguja la tenía cubierta con bastante esparadrapo, ni tan siquiera me lo quitaron, cogieron la goma del suero y de un estirón me sacaron la aguja y los esparadrapos. Fue horrible el daño que me hicieron y una gran herida que no me curaron. Una enfermera al verme tan mal y el brazo chorreando sangre se dignó a curarme y ahí no queda la cosa, me pusieron una inyección que no sé para qué y dónde me la pusieron, y cómo lo hicieron, fue en la ingle con tanta mala leche que estuve más de una semana con derrame en toda la pierna y gran bulto, no podía estar sentada y casi ni andar. Si hubiera habido una ventana cerca me tiro u otra cosa. Fue terrorífico e increíble, para mí misma aún hoy, por qué hacer esto, si tanto nos odiáis a los suicidas, que nos dejen morir en paz, para que nos salvan y nos torturáis así y nos obligáis a hacerlo otra vez si pudiéramos. Es inhumano lo que hacéis, me habían comentado cosas que en cuidados intensivos trataban muy mal a los suicidas, que cuando hacen el lavado de estómago han llegado a romperle los dientes o destrozarles el estómago, entre otras cosas, porque esto me lo dijo una persona que trabaja dentro de un hospital y yo le comenté lo que me habían hecho. Me dijo que eso era normal, que recibiera ese trato. Hay casos en que no lo hacen bien, por qué nos respetáis y nos ayudáis en vez de destruirnos del todo. Decís que nos da un arrebato de locura y lo hacemos. No y mil veces no, habrá casos que si pero del 100% el 98% lo hacen como yo, conscientes y sabiendo lo que hacen. Lo que pasa es que nadie los escucha ni los entiende.
Y desde aquí les mando un mensaje a todos los médicos, a todo el personal sanitario de cuidados intensivos o de plantas, que jamás les hagáis lo que a mí a otro suicida, y tratadlo con respeto y dignidad. No somos perros, somos seres humanos que necesitamos cariño y comprensión y que nos escuchen y nos ayuden. Si no pensáis tratarlos así dejadlos mejor morir en paz y no torturadlos. Os pido que los ayudéis.
Por qué te tratan la mayoría de las veces en los hospitales no como un ser humano sino como si fueras un objeto o número o letra y demasiadas veces como si fuéramos perros, por qué discriminar la clase baja de la alta. Todo lo mejor para ellos, por qué les hacen buenos regalos y a los otros no. Era niña y a otra su padre era rico y le llevaba regalos y a mí y a otras niñas que había, eran como yo, pobre, el personal sanitario nos trataba con la punta del pie. Todo para esa niña, ni tan siquiera nos daban un caramelo. Sólo teníamos entre 7, 10 y 15 años.
Entre otras mil cosas que me han hecho y he visto porque yo creo que es cruel e inhumano y más siendo niña, porque no respetan nuestra intimidad. Entre compañeras que cuesta poner unas cortinas como las que hay en el Hospital General, el único que he visto, y conozco demasiados hospitales, lo mal que se pasa si te tienes que hacer algo personal e íntimo, y mal lo pasas pero si tienes una compañera peor todavía y también lo pasas mal si a tu compañera le tienen que hacer algo y lo tienes que presenciar, si puedes te levantas y te vas y si no te tienes que aguantar ahí. Tanto no cuesta poner esas cortinas y cuando te tengan que hacer algo echarlas y separarnos.
Hay veces que son cosas muy desagradables, ver casi morir a tu compañera y todo lo que le hacen es horrible, son tantísimas cosas. Las comidas parecen para perros en vez de enfermos. Los regímenes eso ya ni para perros, aún peor son. No sólo culpo al personal sanitario sino a la gente que la mayoría no se atiene a las normas del hospital, tanto los enfermos como los familiares, y hacen lo que quieren, y luego pagamos justos por pecadores y lo peor es cuando estás recién operada y tan mal y tienen a más de 10 en la habitación, tanto si son tuyos o de tu compañera y no paran de hablar y lo único que deseas es estar sola y no oír nada. Es horrible, te dan ganas de tirarlo por la ventana. Agradeces las visitas porque si no va nadie te sientes tan mal y sola, pero con moderación. La mayoría de las veces aunque no sea hora de visita tienen todo el día la habitación llena de gente, que si te tienes que levantar tienes espectadores o los tienes que echar. Son miles y miles de cosas. Sólo he dicho alguna.
1.994. Aunque llevamos un poco más de medio año tengo bastantes documentos. Si en los otros era agresiva, en estos al máximo. Ellos se lo han buscado. Es que le digo tantísimo que ya no me queda qué decirles y ahí siguen callados. Por mucho menos que yo les digo te ponen una querella. ¿Por qué a mí no? Ojalá fueran capaces de hacerlo, no pueden. Saben que yo tengo toda la razón del mundo y ellos me han dado pruebas, fuerza y poder con sus cartas. Así que se esconden la cabeza como las avestruces. Les digo que no son hombres por no decirles claro que son unos maricones, que me harán que se lo diga y reconozco que me paso, pero ellos se lo han buscado y me han obligado a llegar a eso y mucho más. Hay cosas que no sé si las voy a poder escribir, es tan terrible y muchísimo daño por todos sitios. No creo que haya una persona en el mundo que esté sufriendo tantísimo como yo. Tanto daño como me han hecho, pero esto ha sido lo máximo. Casi nadie lo sabe, sólo alguna amiga, fue tan terrible que lo he ocultado. Sólo lo sabe bien mi diario y si lo hago aquí es porque jamás hagan esto a otra persona. Nadie sabe lo horrible que fue y el daño tan terrible que me hicieron, y no sólo eso sino moral, psicológico, me destrozaron, me va a ser muy difícil y duro volver a recordar esa pesadilla tan horrible. Lo hago porque no quiero que nadie pase por esta terrible pesadilla que a mí me hicieron pasar y si con esto puedo evitar que se repita en otras personas...
Pasó hace 7 u 8 años, más que de pensarlo se me llenan los ojos de lágrimas. Le he dado muchas vueltas para dar este paso y recordar lo pasado, ya que lo había olvidado. Un poco lo he superado, pero aún hoy no lo tengo superado del todo, eso y otras cosas más o menos igual y también fue en el mismo sitio.
Me violaron en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, para mí fue eso. Todo empezó como estar mal, casi siempre el estómago, la barriga, tengo muchos problemas con la regla, aquella vez se me juntó todo y me ingresaron en maternidad. El primer día que me reconocieron sabía que yo no había tenido relaciones, y no lo hicieron. El segundo día era otro médico y dice que me tiene que hacer una prueba. El otro le dijo que no, que a mí no me la podía hacer. Los oí discutir e insistir mucho que no me podía hacer esa prueba. Estaba asustada, ellos estaban en el pasillo. Lo oí, se fueron y ya me tranquilicé un poco. No duró mucho. Vino una enfermera a por mí y no sé lo que me dio. Estaba aterrorizada, con todo lo que había oído estaba acostada y no me quise levantar. La enfermera me obligó, estando en la puerta para entrar casi me caí al suelo de lo mal que me sentía. Me cogieron y me echaron en una camilla sin decirme nada de lo que me iban a hacer. Me abren de piernas y me las atan. Estaba tan mal que no tenía fuerzas para hablar. Lo que me hicieron ya os lo podéis imaginar. Fue tan terrible y horrible, sólo lo sabéis bien los que por desgracia habéis pasado por esto. La única diferencia que fue con instrumental quirúrgico. Yo, aún peor, me tuve que dejar a la fuerza. Ni tan siquiera pude luchar o gritar, defenderme, aunque de nada te sirve, pero yo no podía. Ahora me pregunto por qué, no sé, otra cosa, podía haber hecho algo pero estaba tan mal, estaba atontada. Lo único que pude decir es que me dejaran. No sé cómo se lo dije. Ellos me respondieron con mal genio y malos modos. Fue un daño horrible y no grité, jamás lo he hecho y aunque estaba como estaba, sé que no lo hice. Ojalá lo hubiera hecho, para que ellos me hablaran encima así de mal. Fue un daño tan horrible y no sólo ese, sino moral y psicológico. Me destrozaron y me hundieron y me han humillado al máximo. Cuando me puse de pie, la sangre corría por la habitación, me asusté todavía más, nadie me ayudó y menos darme una explicación. Iba chorreando sangre, tenía el camisón y la bata toda llena. Llegué a mi habitación como pude porque nadie me ayudó y me fui a la ducha. Me sentía horrible, no ya el dolor solo, sino mil cosas más. Estuve dos días con hemorragias y 6 o 7 manchando más que cuando tengo la regla, y unas heridas muy dolorosas que tardaron días en cicatrizar, y otra que aún hoy sigue abierta. Me pasé días y noches llorando y mal demasiados meses.
A nadie se lo dije, sólo conté algo en mi diario. Si esto no es una violación que venga Dios y lo vea, porque para mí fue eso o peor, y esto no pueden hacerlo tanto si has tenido relaciones o no y más en mi caso, tenía que haberlo autorizado y no hacerlo así, salvajemente. Si es necesario hacer esa prueba porque te puede salvar la vida, que la hagan, pero no así, sobre todo que te respeten y te hablen claro, no como a un perro, como hicieron conmigo, y encima estúpidos y groseros. El que no quería hacérmela fue más amable. Si supiera el nombre del médico lo iba a poner con letra muy grande. Lo que me hizo que jamás se lo haga a nadie. Si me lo explican y me hablan claro, lo hubiera entendido, lo hubiera pasado mal pero no tan horrible como me lo hizo pasar, y no me hubiera sentido violada, y no ese día sino muchos más. Fueron meses y meses, me recuperé y lo superé, pero hay cosas que aún hoy me siguen afectando. No las he podido superar todavía. Cuando es evitable tanto sufrimiento. Jamás, jamás le hagan esto a nadie. Sólo hay una diferencia, a mí me lo hicieron con instrumentos quirúrgicos. Tan terrible es una cosa como la otra o más, y esta es evitable. Por qué lo hacéis, sé que yo no seré la única. Me han hecho cosas terribles toda mi vida, pero esta ha sido la peor. Si publicándolo aquí puedo evitar que se lo hagan a otras personas, que no seáis cobardes y denunciarlos, yo no fui capaz, hoy lo hubiera hecho. Es algo tan personal e íntimo que es muy difícil hacerlo, porque nadie te cree y menos te escucha, y es mejor callar. Y estamos equivocados, hay que afrontarlo y denunciarlo aunque no nos crean, para evitarlo sea como sea y sobre todo luchar y jamás rendirse; y ya que he sacado este tema tan horrible voy a seguir porque no ha sido la primera vez. Pero sólo fueron intentos. La primera vez tenía 13 años y estaba en el hospital de San Juan de Dios en Córdoba. Yo, en aquellos entonces no tenía ni idea del tema del sexo por otros problemas familiares y otras cosas que ahora no vienen aquí, y a pesar de esa edad estaba absolutamente ignorante en ese tema. Y pasó lo que pasó. Ese hospital era llevado por frailes. Creí que eran buenos y qué equivocada estaba. Ahora me doy cuenta. Entonces no estaba el hermano Pablo. Creí que era muy bueno porque jugaba mucho conmigo y otras niñas y sobre todo nos daba cariño, el que jamás tuve por parte de mi familia; y no era cariño, ahora me doy cuenta. Quería otra cosa que no consiguió, por lo menos de mí, de otras no sé. Yo, de muy pequeña, jamás me ha gustado que me viera nadie desnuda, era muy reservada y mi familia sobre el tema del sexo me tenía aterrorizada y no sabía nada. Con 16 o 17 años ya sabía algo pero poco más, y me lo enseñaron las compañeras. Mi familia con esa edad me amenazaba si iba a un perol con un chico. Si volvía embarazada no entraría en mi casa y mil cosas más así. Mejor dejarlo aquí.
Era otra cosa lo que buscaba el hermano. Le gustaba tocarnos las partes más íntimas y por la fuerza nos tenía que ver las bragas que llevábamos cada día, aunque no sabía qué era. Eso no me gustaba, no lo dejaba. Había veces en que mi cama estaba al lado de una ventana y cuantas veces me he saltado por ella. Daba a una terraza y a veces con la pierna escayolada. Otras niñas se estaban quietas y se dejaban, yo no lo soportaba. Yo creo que ellas le pasaban como a mí, no tenía ni idea del tema. Otro de los hermanos que había, igual. Era el hermano Alejandro. Me parece que no me acuerdo bien de su nombre. Éste lo hacía con menos frecuencia, pero iba directo. Una de las muchas veces que lo intentó estaba en el botiquín y me estaba curando, no sé si la rodilla o el pie. Me obligó a que me echara en la camilla. Cuando me curan me gusta verme la herida, aunque luego cierro los ojos y me quedo sentada. No me gusta estar echada de nunca. Él me obligó, me subió el camisón y empezó a reconocerme sin ser necesario. Luego empezó a acariciarme el pecho. Yo no quería, intenté defenderme pero no podía, siguió para abajo, quiso bajarme las bragas pero se encontró que estaba con la regla y ahí quedó. Menos mal, lo pasé muy mal, no soportaba aquello, y fueron muchas veces, fueron meses y años soportando esto de uno y de otro. Me pude escapar de todos y no llegar al final, pero fue horrible, insoportable, había veces que me era muy difícil escapar de su garra. Luego yo aprendí y ya entendía más de sexo y aún me era más insoportable, me sentía mal y a quién se lo decía. Me daba asco, era humillante. Esto lo tuve que soportar hasta que casi salí del Hospital ese.
El hermano Pablo empezaba con los juegos y acababa haciendo lo que no debía, pero el otro directo. Luego había otro, el hermano Antonio. Este jamás me puso una mano encima, sólo para curarme, pero vi en él cosas muy raras con otras niñas, y sólo de noche, cuando ya estaba medio dormida venía y con alguna niña se sentaba en su cama, y estaba a veces horas con ella. Muchas veces me levantaba al cuarto de baño y casi estaba acostado con ella. Esto no he sido capaz de decirlo a nadie, ni tan siquiera contarlo en mi diario. Tenía tanto miedo, en ese tiempo que no era capaz. Sino conté todo lo contrario, y eso que era medio cura. Al cabo de los años supe lo que me hicieron durante años. Estuvieron abusando de mí y de las demás niñas. Estábamos entre 7 u 8 niñas, y entre 12 y 15 años. Quién sabe si alguna no fue violada. A mí casi lo consiguen. Quién nos iba a creer que unos frailes hicieran eso, es hoy y estoy segura de que tampoco me creen.
Hubo una segunda vez, estaba en el Hospital Reina Sofía y esta vez sí fue un cura. Hace ya mucho tiempo estaba muy mal, había intentado suicidarme y los médicos pidieron ayuda al cura para que me ayudara. No quería irme a mi casa. A ver si él me podía buscar una residencia o algo así, y vaya ayuda. Me llevó a un despacho y cerró la puerta. Ahí ya empezó a mosquear. Lo primero que en mi habitación estaba sola y aunque hubiera estado alguien. Y más cuando me obligó a sentarme en la camilla en vez de una silla y él a mi lado. Me echó el brazo por encima, tenía un mosqueo, casi no hablamos, y se lanzó sobre mí y me metió mano. Salté de la camilla y salí corriendo hacia la puerta. Él intentó impedírmelo pero no pudo. Fue horrible y menos mal que la puerta no tenía llave o cerrojo. Su intención era cerrarla bien.
La tercera ya no pude escapar, espero que esto sirva para que no lo hagan más, y nos crean de una vez ya y nos ayuden en vez de torturarnos con sus preguntas e incredulidad, insolidaridad e inhumanidad. En vez de ayudarnos de verdad nos hacen más daño. Esto me causó mucho daño y me ha destrozado muchas amigas. Me dicen que soy rara en el tema del sexo porque paso de él y no he tenido relaciones todavía. La verdad, me da asco y no lo soporto. Me viene del pasado y no lo aguanto, pero esto nadie lo sabe, no me gusta ni hablar. Si lo tengo que hacer lo hago, pero si puedo lo evito y no me causo más traumas, porque paso del tema este y a mi manera soy feliz. Siento tanto placer y felicidad ayudando a los demás como si hiciera el amor. Sé que son distintos uno del otro, pero para mí el más importante es ayudar a los demás y el que más felicidad y paz me ha dado, y mil cosas más que creo que jamás lo tendré con el otro. Y yo creo que jamás lo cambiaría, sé que ahí me han destrozado y han hundido, lo he superado así y sobre todo estoy a gusto conmigo misma y feliz. No necesito eso que tantísimos daños y sufrimiento me ha causado. Paso de eso. Fueron demasiados años en silencio soportando, tanta humillación y dolor y hasta hoy jamás lo había contado a nadie, ni tan siquiera a mi diario. Me podía el miedo y después he pasado.
Y hay otra vez más que gracias a Dios sólo quedó en intento. Esta vez fue por parte de un familiar, el único que me ha ayudado y se quiso cobrar así y menos mal que sólo fue esa, tan horrible como las demás. Quiera Dios que jamás se vuelva a repetir esto y que nadie tenga que pasar por esto, pero por desgracia no es así. Aquí tengo un pequeño reportaje de un médico que ha estado abusando de los enfermos, y la que lo denuncia nadie la cree. Luego esto ha seguido adelante y han salido pruebas y entonces si la han creído. Por qué ahora si la creen, y si no hay pruebas que pasa. Hubiera seguido abusando de más y más y nadie la hubiera creído, porque ante abusos y violaciones jamás nadie nos cree y encima de lo mal y horrible que lo pasamos, encima somos las culpables. Por qué esta gran injusticia, y por eso callamos y no y mil veces no. Por muy duro que sea hay que hablar y denunciarlo. Algún día nos creerán y nos ayudarán, en vez de torturarnos encima.


105 mujeres de La Puebla de Alfidén dicen que sufrieron o fueron testigos de las "prácticas" del facultativo.
Un médico de Zaragoza, denunciado por abusos deshonestos.
La presión y la protesta de las mujeres de La Puebla de Alfidén, en Zaragoza, obligó a las autoridades a proceder a la suspensión del médico de la localidad, denunciado por 105 vecinas por supuestos abusos deshonestos.
El Servicio Aragonés de la Salud (SAS) del Gobierno aragonés y el Insalud comunicaron ayer al facultativo, A.C.P., su suspensión cautelar, mientras se resuelve la investigación abierta.
Aunque la denuncia inicial partió de una madre y su hija, posteriormente un numeroso colectivo de mujeres firmó el documento en el que aseguran haber sido víctimas o testigos del "comportamiento degradante del facultativo", según sendas informaciones publicadas por el Heraldo de Aragón El Periódico de Aragón.
Además, un grupo de vecinas de esta localidad zaragozana, de 1.500 habitantes, interrumpió el pasado jueves el pleno municipal para exigir el traslado del facultativo, informa Efe. La primera mujer denunciante de los hechos declaró a Radio Nacional de España que el médico la obligó "a adoptar posiciones obscenas", y ella, "por vergüenza", accedió. Sin embargo, la denunciante no se calló cuando el facultativo pidió a su hija, de 14 años, que hiciera lo mismo.
Ante estos hechos, el Gobierno aragonés, a través del SAS, ha nombrado un instructor y una secretaria para incoar el expediente al médico titular de la localidad, y ha procedido a su sustitución, de forma que así se garantice la continuidad de la asistencia sanitaria.
El director gerente del SAS, Francisco Javier Guelbenzu, manifestó que en el caso de que se confirme la veracidad de las denuncias presentadas se dará cuenta de los hechos al Juzgado de lo Penal, y añadió que lo sucedido se perfila "lo suficientemente grave como para que la Administración tome medidas y suspenda de forma cautelar el ejercicio de las funciones" del médico.
Esto informe no me deja zócalo podéis verlo en el original ya lo intentare otro día .
Documentos:

Documento 1 ]
Documento 2 ]
Documento 3 ]
Documento 4 ]
Documento 5 ]
http://www.injusticiasmedicas.com/webantigua/frames02.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario