CÓMO EMPEZO TODO
He estado en el Insalud a
llevar los informes que me pedían y después me han mandado a usted. Me ha
pedido que le escriba un informe de todo lo que me han hecho o se lo diga
personalmente. Como es bastante largo, aunque lo resuma, a mi escribir se me da
mejor que hablar.
Todo empezó cuando tenía 11
años, de un simple porrazo y no me hice nada. Cuando pasaron varias horas, me
dolía y casi no podía andar. Fui al médico y estuve varios días en cama pero al
no estar mejor me mandaron al especialista que era D. Manuel Gala. Él no
estaba, había un ayudante, D. Fº Céspedes. Me hizo una radiografía, me puso una
escayola y me mandó tenerla un mes. Tenía unos dolores horribles y fui otra
vez. Entonces estaba ya D. Manuel Gala, y D. Francisco Céspedes, y les oí decir
que me habían destrozado la pierna. Yo entonces, era pequeña, no me daba cuenta
pero ahora de mayor sí. Lo que me hicieron, no lo sé.
Después de aquello, estuve
varios meses con grandes dolores, no me hacían nada, solo, de vez en cuando,
radiografías. Me operaron y me quedé casi bien. A los pocos meses me volvieron
los dolores y la rodilla se me doblaba, y casi no podía andar. Y otra vez al
quirófano. Así pasé seis o siete operaciones y siete u ocho años de
sufrimientos. Jamás me han hecho pruebas para ver lo que tenía, sólo de vez de
en cuando, radiografías.
La última operación que me
hicieron de la rodilla, yo no tenía nada en el pie y cuando me desperté de la
anestesia tenía unos dolores horribles en el pie. Decían que eran manías.
Estuve veintiún días rabiando y nadie me hacia caso, hasta que una compañera me
ayudó a quitarme un poco la escayola del pie, y tenía una mancha negra. Cuando
me la vio D. Manuel Gala, me la quitó, el pie se me hizo un cuadro. Les oí
decir que si llegan a tardar un día más en quitarme la escayola, me hubieran
tenido que cortar la pierna.
Después lo pasé bastante
mal. La rodilla se me quedó bien pero el pie, totalmente destrozado. Estuve
nueve meses con la célula de escayola, un año escayolada. Después me pusieron
un aparato y me hicieron otras dos operaciones, pero sin hacerme ninguna radiografía
en el pie. Se negaron a hacerme nada para ver de qué me venía lo que tengo en
el pie. Entré al quirófano con él perfectamente bien y salí con él destrozado.
Me hicieron una prueba al cabo de tres o cuatro años, y harta ya de D. Manuel
Gala y porque me habían utilizado de "conejo de Indias" en los
quirófanos, empecé a ir a D. Manuel Moreno. De él no tengo tanta queja, me ha
hecho radiografías y pruebas, y si él no me coge ahora estaría en una silla de
ruedas. Cuando él me cogió, tenía el pie totalmente destrozado, y dice que más
él no puede hacer, y lo comprendo porque apañar lo que otro ha destrozado es
muy difícil. Pero yo no puedo seguir así.
El año pasado me hicieron
la última operación, que fue la doce, más otra en la otra pierna, pero de esa
estoy bien. En Enero de este año, me quitaron la escayola. Llevo dieciséis
pares de zapatos más los del años pasado, y con nada puedo andar.
Tengo unos dolores
horribles pero ya no tomo calmantes porque no me hacen nada y me han destrozado
el estómago. Antes de operarme, estaba mal pero ahora estoy peor porque antes,
al menos, me duraban los zapatos siquiera un par de meses y ahora no.
Tengo 27 años y así no voy
a estar toda mi vida aunque casi la llevo con estos dolores tan espantosos. Sé
que tengo que tener molestias y dolores para el resto de mi vida, pero no así.
Por eso quiero irme a Sevilla o a donde sea a ver si, por lo menos, me quitan
estos dolores y puedo andar un poco mejor, y me hacen más caso que aquí, que lo
único que han hecho ha sido reírse de mí y hacer conmigo todo lo que han
querido.
Tengo problemas con mi
familia, pues no se han preocupado de que los médicos hagan las cosas bien.
Pero un médico tiene que ser un poco más humano y responsable. Si una persona
no tiene familia, y si la tiene es igual que si no la tuviera, no deben
utilizar a las personas de "conejo de indias" en los quirófanos.
Antes no he sido capaz de defenderme pero ahora estoy dispuesta a llegar a
donde sea, aunque ya es tarde y lo tenía que haber hecho antes.
Sé también que la mitad de
las cosas que me han hecho no constan en los informes y otras que son mentira.
A mí ya no me importa andar mejor o peor aunque sea mal, pero no así.
¡Hola! Señor Director.
El otro día fui al Insalud
a dar una queja o una denuncia por negligencia. Me dijeron que me dirigiera a
usted por escrito y así lo hago. Tengo 28 años, cuando tenía 11 tuve una caída.
No fue nada, ni rotura ni nada, pero la pierna se me encogió y me dolía mucho.
Fui al médico y me pusieron una escayola, la cual no pude aguantar el tiempo
que me dijeron, porque tenía unos dolores horribles. Empezaron a operarme y aún
no han parado, la última fue hace tres años y llevo ya 13 operaciones.
Señor Director de lo que me
hicieron no le explico más porque ahí le mando una fotocopia de una solicitud
que hice para que me vieran en Sevilla y más o menos le voy a repetir lo mismo
a usted, y lo que yo quiero de usted es lo siguiente: De un simple porrazo me
han destrozado la pierna, porque sin tener nada en el pie me lo han dejado así
destrozado por completo como lo tengo ahora, que me hicieron en aquella
operación de la rodilla, que me dejaron el pie fatal, por qué se negaron a
hacerme pruebas de por qué me venía aquello en el pie y casi me dejan morir y
ojalá lo hubieran hecho, porque poco a poco lo están haciendo. De lo que me
hicieron en aquella operación siempre se han negado a darme respuesta, sé que
usted tampoco la tiene, pero puede evitar que a otras personas se lo hagan.
Porque todas las personas que han cometido negligencias con otras la hubieran
denunciado no daría lugar a esto y a cosas peores como he visto en la
residencia los años que he estado ahí. Ver morir compañeras y a otras dejarlas
peores que yo y que nadie haga nada para evitarlo, porque un error lo tiene
cualquiera, pero miles no y juegan con la vida de los demás como han hecho
conmigo y con muchas personas que yo conozco, pero donde vamos a dar la queja a
ningún sitio porque no nos escuchan ni nos hacen caso, sólo a ellos les
escuchan y tienen derecho y llevan la razón.
¿Usted cree que con la edad
que tengo, tenga estos dolores tan horribles y para toda mi vida? Y al final
aunque no quiera, tendré que coger muletas y no solo eso, sino que la rodilla
que tengo mejor se me está deformando a consecuencia del pie, también tengo
desviación en la columna, todo a consecuencia de eso y todo por unos médicos crueles
e inhumanos que me han utilizado de conejo de Indias y gracias a D. Manuel
Moreno que si no hubiera sido por él, hubiera perdido la pierna. A él no quiero
que le acusen de nada, le debo mucho aunque ya ni él puede hacer nada. Los que
han tenido la culpa han sido los dos primeros médicos que me vieron y me han
destrozado la pierna y han acabado con mi vida, que son D. Manuel Gala y D.
Francisco Céspedes. Ya lo único que deseo en esta vida es la muerte, porque
tengo que estar trabajando de día y de noche, y antes medio podía pero ya no
porque estar 18 horas y sin descansar ni cinco minutos, ya por más esfuerzo que
haga me es imposible.
Yo no quiero hacerle daño a nadie, ni siquiera los que me han destrozado, pero sí pido justicia y acabar ya de una vez con la negligencia que cada día va en aumento y que otras personas no pasen ni sufran lo que yo estoy pasando, es lo único que deseo. Si con mi carta les puedo salvar la vida a otras personas es lo único que de verdad deseo, no ver más negligencia. Yo sé que esto ya no tiene remedio y de la manera que estoy no voy a vivir mucho tiempo porque es imposible vivir ya toda la vida con este terrible dolor y yo ya no puedo soportarlo, antes era menos y medio podía, pero ya no y además cada día va en aumento.
Yo no quiero hacerle daño a nadie, ni siquiera los que me han destrozado, pero sí pido justicia y acabar ya de una vez con la negligencia que cada día va en aumento y que otras personas no pasen ni sufran lo que yo estoy pasando, es lo único que deseo. Si con mi carta les puedo salvar la vida a otras personas es lo único que de verdad deseo, no ver más negligencia. Yo sé que esto ya no tiene remedio y de la manera que estoy no voy a vivir mucho tiempo porque es imposible vivir ya toda la vida con este terrible dolor y yo ya no puedo soportarlo, antes era menos y medio podía, pero ya no y además cada día va en aumento.
Los calmantes no me hacen
nada, lo que hacen es destrozarme más el estómago de lo que ya lo tengo. Si
usted cree que por culpa de esas personas tan inhumanas nos tengamos que ver
así, no ya yo sola, sino miles de personas y otras que ni siquiera pueden
contarlo. ¡Ya basta de tanta injusticia! Ahí le mando algunos papeles de lo que
me han hecho, aunque la verdad casi ninguno la dice porque las veces que en San
Juan de Dios he tenido gangrena, eso no lo dice.
Sé que mi casa ha tenido
mucha culpa, mi familia que lo ha consentido y lo ha dejado, pero ellos no se
dan cuenta que somos seres humanos y aunque nuestra familia no nos mire, no nos
tienen que utilizar de conejos de Indias como han hecho conmigo. Otra cosa que
le voy a decir aunque esto no tiene nada que ver con mi caso y sé que no tiene
remedio pero quiero evitar en otras personas el sufrir que yo llevo encima.
Hace un tiempo estuve
trabajando con una señora porque mi trabajo es servir, era enfermera la señora
pero más que una enfermera porque estaba haciendo una prueba y era casi doctora
y usted sabe como estaba, casi siempre borracha, su trabajo era bastante
arriesgado y peligroso para los enfermos. ¿Usted cree que borracha como estaba,
que a veces no decía nada y cuando la llamaban para una urgencia así se iba?
¿Usted cree que era capaz de salvarle la vida a algún enfermo? y con media
borrachera se iba así a trabajar casi todos los días. Luego se muere la gente y
con decir un infarto ya está, no y mil veces no a esa injusticia, ¿por qué no
hay alguien que vigile esto y no ocurran desgracias y muertes sin tener por que
haberlas? Yo estuve a punto de denunciarla y no lo hice porque no sabía a donde
acudir y ni podía salir, si no lo hubiera hecho. Los compañeros de trabajo se
darían cuenta pero como casi todos son iguales, se callan porque son unos
cobardes.
Señor Director, yo con solo
28 años que tengo han acabado ya con mi vida, pues ya casi por sí sola no puedo
andar y si lo hago es porque lucho por la vida y siempre me he dicho que
muletas o silla de ruedas no cojo y aunque no pueda andar, lo hago aunque sea
con el pie reventado, si no fuera por eso yo no andaría, que salgo a la calle y
a veces me tengo que ir agarrando a la pared porque no puedo y tengo que
ponerme vendas para que me calme los dolores tan horribles que tengo y cada mes
necesito 10-15 mil pesetas en zapatos porque ya con nada puedo andar. La última
vez que fui al médico me dijo que lo sentía pero ya nada puede hacer.
Ellos tuvieron la culpa y
de milagro tengo la pierna otras veces se me podría, como una vez que no
consintieron curarme viendo como tenía la venda de manchas y el olor que no
podía soportar y menos el dolor tan horrible que tenía y porque una enfermera
le dio lástima de verme así y ella arriesgó su carrera y me curó; lo que ella me
sacó de allí eso nadie sabe sólo ella, y se lo puedo demostrar si ella vive y
quiero decirlo, me quitó hasta gusanos de la pierna, usted no se puede hacer ni
si quiera idea de los tres meses que pasé después y sobre todo a lo primero me
hacían una cura horrible y espantosa y dolorosa al máximo, a lo primero eran
dos y tres curas diarias, a veces no podía soportarla porque era terrible, me
tenían que raspar el hueso porque me criaba cosas malas, y tenía la herida que
casi me cabía la mano dentro y no me podía poner anestesia, porque entonces
tendría que estar todo el día anestesiada, y todo por su culpa, por negarse a
curarme viendo cómo estaba y con fiebre alta, aunque me lo negaban pero yo
aprendí rápido a mirar el termómetro y que no me vieran aunque no me hacia
falta, yo me lo notaba, esto me ha pasado varias veces aunque menos. No tenía
que haber pasado ninguna o al menos evitar llegar a tantísimo, luego son ellos
los que llevan la razón, como ellos no lo pasan les da igual todo y sin más
perdona esta carta tan larga y tantos papeles como le mando pero es parte solo
un poco de lo que me han hecho porque 16 años de un hospital a otro, que he
estado más dentro que fuera y pasando y sufriendo lo que nadie sabe ni se puede
imaginar, y cuando hubiera sido por un gran accidente es distinto pero de una
caída que no fue nada sólo lo que ellos me hicieron y ver como cada día te vas
destrozando poco a poco y hasta que acabas ya de una vez.
No me resigno a quedarme
invalida. Si hubiera sido por un accidente o una parálisis, me resignaría y lo
aceptaría. Pero ver como unos médicos inhumanos e irresponsables me han dejado
así por culpa suya, no lo soporto y por ese hecho no estoy ya en una silla de
ruedas. Es superior a mí, y antes de que acaben conmigo de una vez, pido justicia
aunque ya para otras personas, a mi solo me queda una camino, la muerte y no
seré yo la que me lleve a ella sino esos seres brutales e inhumanos, porque
aunque yo lo haga ellos me han puesto la soga al cuello. No pienso estar toda
mi vida con estos terribles dolores ya insoportables, o estar cada año entrando
al quirófano para poder estar dos o tres meses sin ellos, o tener que coger la
muleta o la silla de ruedas.
No y mil veces no. Antes de
verme así, prefiero lo otro.
Perdone esta carta tan larga
y quizás un poco pesada, pero comprenda mi situación, y no sólo la mía, sino
que hay otros peor que yo. Todo por ellos.
Aquí le mando el último
informe del otro médico, y sin más reciba un cordial saludo.
Mari Valverde. 14-11-1986.
Córdoba a 29 de Enero de
1987.
¡Hola Señor Presidente!
El motivo de mi carta es el
siguiente, es un poco largo de contar, intentaré reducirlo algo.
Cuando tenía 11 años tuve
una caída con la mala suerte que los médicos cometieron un error, después de
eso no han parado de seguir cometiéndolos y como yo digo me han utilizado de
conejo de Indias en los quirófanos y no han parado hasta que casi me han dejado
inválida. Me han utilizado así más de 14 años que ya puede defenderme y pararlo
un poco, pero ya era tarde, sé que si mi familia lo hubiera intentado pararlo
al menos un poco tanto no me hubieran hecho. Si una persona no es capaz de
defenderse por sí misma, no hay derecho a que hagan eso con ella, somos seres
humanos, y no hay derecho a que nos utilicen como animales en los quirófanos.
Señor Presidente, cuando
lea las otras cartas que le mandé a los otros directores lo comprenderá mejor,
Señor Presidente. Desde que inicié la denuncia no me han hecho caso en ningún
sitio; todas mis cartas han sido desechadas pero como no estoy dispuesta a
rendirme hasta que consiga justicia y no venganza.
Pude conseguir una gran
abogada y gracias a ella me han hecho caso y me han mandado a Sevilla, fui el
día 26 de este mes, si aquí no me han hecho caso, allí menos. El primer médico
que me vio me dijo que a él le habían dicho que me mirara la rodilla sólo y
realmente es lo que tengo un poco mejor, lo que tengo muy mal es el pie que lo
tengo totalmente destrozado y con unos dolores terribles que D. Manuel Gala y
D. Francisco Céspedes me lo han destrozado de las operaciones que me hicieron,
me miraron por encima y ya está y me dijeron que lo sentían, pero que eso no
tenía remedio ninguno, que si acaso un aparato y ya está y me mandaron a otro,
también le dije que el otro pie se me está deformando y tengo bastante dolores
y que tenía desviación de columna, pero como si fuera a la pared, ni me
escucharon.
¡Señor Presidente! Usted
cree que hay derecho a acabar así con una persona y no soy yo sola sino que hay
muchísimas más como yo y peores, porque a mí no han conseguido verme en una
silla de ruedas como a otros y aunque no podía andar, lo hacía como fuera, pero
ese gusto no se los he dado y otros que no pueden contarlo porque los han
matado.
¡Señor Presidente!, es que
no hay nadie capaz de evitar esto al menos un poco, una ley que nos proteja de
estos salvajes. Yo comprendo que cuando una persona coge un coche y tiene un
accidente y le destroza una pierna, es natural que al unirle todos los huesos y
tendones y demás cosas, se puedan equivocar, pero lo que no le veo razón que por
descuido mueran en los pasillos por falta de asistencia por una escayola mal
puesta, por pasarse en la anestesia, por dejarle pinzas y otros instrumentos
dentro y mil cosas así. Llevo casi 18 años más adentro de los hospitales que
fuera y los he visto y a mí misma muchas cosas de esas me las han hecho.
He estado trabajando con
una enfermera que trabajaba caterismo son unas pruebas muy peligrosas y estaba
casi siempre borracha y cuando se juntaba con la compañera se jugaban a cara o
cruz la vida de un enfermo porque estaba más borracha.
Llevo así más de 30 años
voy a seguir así el resto de mi vida y no solo la pierna sino todo lo tengo muy
mal, brazos, la columna y mil cosas más unos dolores terribles, insoportables.
Ya está bien 30 años aguantando estos terribles dolores, voy a estar el resto
de mi vida con ellos y todo por culpa de cuatro hijos de puta que se niegan a
curarme si lo tengo que estar será luchando porque jamás me voy a rendir por mí
y por los demás hasta ahora jamás nadie me ha ayudado espero encontrar en algún
rincón del mundo algún ser humano que me ayude y sea capaz de sacar toda la
verdad de los hospitales, la administración, la justicia y muchos temas.
Marzo
2015.
Ahora estoy así ya apena puedo andar
por que habéis sido tan crueles y inhumano, pero la paz y la felicidad que vivo
aunque este así nada ni nadie me la quitara dudo que vosotros la tengáis.
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