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jueves, 12 de marzo de 2015

2 - Así empezó mi pesadilla y tortura por los hospitales

CÓMO EMPEZO TODO
AÑO 1985 .
He estado en el Insalud a llevar los informes que me pedían y después me han mandado a usted. Me ha pedido que le escriba un informe de todo lo que me han hecho o se lo diga personalmente. Como es bastante largo, aunque lo resuma, a mi escribir se me da mejor que hablar.
Todo empezó cuando tenía 11 años, de un simple porrazo y no me hice nada. Cuando pasaron varias horas, me dolía y casi no podía andar. Fui al médico y estuve varios días en cama pero al no estar mejor me mandaron al especialista que era D. Manuel Gala. Él no estaba, había un ayudante, D. Fº Céspedes. Me hizo una radiografía, me puso una escayola y me mandó tenerla un mes. Tenía unos dolores horribles y fui otra vez. Entonces estaba ya D. Manuel Gala, y D. Francisco Céspedes, y les oí decir que me habían destrozado la pierna. Yo entonces, era pequeña, no me daba cuenta pero ahora de mayor sí. Lo que me hicieron, no lo sé.

Después de aquello, estuve varios meses con grandes dolores, no me hacían nada, solo, de vez en cuando, radiografías. Me operaron y me quedé casi bien. A los pocos meses me volvieron los dolores y la rodilla se me doblaba, y casi no podía andar. Y otra vez al quirófano. Así pasé seis o siete operaciones y siete u ocho años de sufrimientos. Jamás me han hecho pruebas para ver lo que tenía, sólo de vez de en cuando, radiografías.
La última operación que me hicieron de la rodilla, yo no tenía nada en el pie y cuando me desperté de la anestesia tenía unos dolores horribles en el pie. Decían que eran manías. Estuve veintiún días rabiando y nadie me hacia caso, hasta que una compañera me ayudó a quitarme un poco la escayola del pie, y tenía una mancha negra. Cuando me la vio D. Manuel Gala, me la quitó, el pie se me hizo un cuadro. Les oí decir que si llegan a tardar un día más en quitarme la escayola, me hubieran tenido que cortar la pierna.
Después lo pasé bastante mal. La rodilla se me quedó bien pero el pie, totalmente destrozado. Estuve nueve meses con la célula de escayola, un año escayolada. Después me pusieron un aparato y me hicieron otras dos operaciones, pero sin hacerme ninguna radiografía en el pie. Se negaron a hacerme nada para ver de qué me venía lo que tengo en el pie. Entré al quirófano con él perfectamente bien y salí con él destrozado. Me hicieron una prueba al cabo de tres o cuatro años, y harta ya de D. Manuel Gala y porque me habían utilizado de "conejo de Indias" en los quirófanos, empecé a ir a D. Manuel Moreno. De él no tengo tanta queja, me ha hecho radiografías y pruebas, y si él no me coge ahora estaría en una silla de ruedas. Cuando él me cogió, tenía el pie totalmente destrozado, y dice que más él no puede hacer, y lo comprendo porque apañar lo que otro ha destrozado es muy difícil. Pero yo no puedo seguir así.
El año pasado me hicieron la última operación, que fue la doce, más otra en la otra pierna, pero de esa estoy bien. En Enero de este año, me quitaron la escayola. Llevo dieciséis pares de zapatos más los del años pasado, y con nada puedo andar.
Tengo unos dolores horribles pero ya no tomo calmantes porque no me hacen nada y me han destrozado el estómago. Antes de operarme, estaba mal pero ahora estoy peor porque antes, al menos, me duraban los zapatos siquiera un par de meses y ahora no.
Tengo 27 años y así no voy a estar toda mi vida aunque casi la llevo con estos dolores tan espantosos. Sé que tengo que tener molestias y dolores para el resto de mi vida, pero no así. Por eso quiero irme a Sevilla o a donde sea a ver si, por lo menos, me quitan estos dolores y puedo andar un poco mejor, y me hacen más caso que aquí, que lo único que han hecho ha sido reírse de mí y hacer conmigo todo lo que han querido.
Tengo problemas con mi familia, pues no se han preocupado de que los médicos hagan las cosas bien. Pero un médico tiene que ser un poco más humano y responsable. Si una persona no tiene familia, y si la tiene es igual que si no la tuviera, no deben utilizar a las personas de "conejo de indias" en los quirófanos. Antes no he sido capaz de defenderme pero ahora estoy dispuesta a llegar a donde sea, aunque ya es tarde y lo tenía que haber hecho antes.
Sé también que la mitad de las cosas que me han hecho no constan en los informes y otras que son mentira. A mí ya no me importa andar mejor o peor aunque sea mal, pero no así.


¡Hola! Señor Director.
El otro día fui al Insalud a dar una queja o una denuncia por negligencia. Me dijeron que me dirigiera a usted por escrito y así lo hago. Tengo 28 años, cuando tenía 11 tuve una caída. No fue nada, ni rotura ni nada, pero la pierna se me encogió y me dolía mucho. Fui al médico y me pusieron una escayola, la cual no pude aguantar el tiempo que me dijeron, porque tenía unos dolores horribles. Empezaron a operarme y aún no han parado, la última fue hace tres años y llevo ya 13 operaciones.
Señor Director de lo que me hicieron no le explico más porque ahí le mando una fotocopia de una solicitud que hice para que me vieran en Sevilla y más o menos le voy a repetir lo mismo a usted, y lo que yo quiero de usted es lo siguiente: De un simple porrazo me han destrozado la pierna, porque sin tener nada en el pie me lo han dejado así destrozado por completo como lo tengo ahora, que me hicieron en aquella operación de la rodilla, que me dejaron el pie fatal, por qué se negaron a hacerme pruebas de por qué me venía aquello en el pie y casi me dejan morir y ojalá lo hubieran hecho, porque poco a poco lo están haciendo. De lo que me hicieron en aquella operación siempre se han negado a darme respuesta, sé que usted tampoco la tiene, pero puede evitar que a otras personas se lo hagan. Porque todas las personas que han cometido negligencias con otras la hubieran denunciado no daría lugar a esto y a cosas peores como he visto en la residencia los años que he estado ahí. Ver morir compañeras y a otras dejarlas peores que yo y que nadie haga nada para evitarlo, porque un error lo tiene cualquiera, pero miles no y juegan con la vida de los demás como han hecho conmigo y con muchas personas que yo conozco, pero donde vamos a dar la queja a ningún sitio porque no nos escuchan ni nos hacen caso, sólo a ellos les escuchan y tienen derecho y llevan la razón.
¿Usted cree que con la edad que tengo, tenga estos dolores tan horribles y para toda mi vida? Y al final aunque no quiera, tendré que coger muletas y no solo eso, sino que la rodilla que tengo mejor se me está deformando a consecuencia del pie, también tengo desviación en la columna, todo a consecuencia de eso y todo por unos médicos crueles e inhumanos que me han utilizado de conejo de Indias y gracias a D. Manuel Moreno que si no hubiera sido por él, hubiera perdido la pierna. A él no quiero que le acusen de nada, le debo mucho aunque ya ni él puede hacer nada. Los que han tenido la culpa han sido los dos primeros médicos que me vieron y me han destrozado la pierna y han acabado con mi vida, que son D. Manuel Gala y D. Francisco Céspedes. Ya lo único que deseo en esta vida es la muerte, porque tengo que estar trabajando de día y de noche, y antes medio podía pero ya no porque estar 18 horas y sin descansar ni cinco minutos, ya por más esfuerzo que haga me es imposible.
Yo no quiero hacerle daño a nadie, ni siquiera los que me han destrozado, pero sí pido justicia y acabar ya de una vez con la negligencia que cada día va en aumento y que otras personas no pasen ni sufran lo que yo estoy pasando, es lo único que deseo. Si con mi carta les puedo salvar la vida a otras personas es lo único que de verdad deseo, no ver más negligencia. Yo sé que esto ya no tiene remedio y de la manera que estoy no voy a vivir mucho tiempo porque es imposible vivir ya toda la vida con este terrible dolor y yo ya no puedo soportarlo, antes era menos y medio podía, pero ya no y además cada día va en aumento.
Los calmantes no me hacen nada, lo que hacen es destrozarme más el estómago de lo que ya lo tengo. Si usted cree que por culpa de esas personas tan inhumanas nos tengamos que ver así, no ya yo sola, sino miles de personas y otras que ni siquiera pueden contarlo. ¡Ya basta de tanta injusticia! Ahí le mando algunos papeles de lo que me han hecho, aunque la verdad casi ninguno la dice porque las veces que en San Juan de Dios he tenido gangrena, eso no lo dice.
Sé que mi casa ha tenido mucha culpa, mi familia que lo ha consentido y lo ha dejado, pero ellos no se dan cuenta que somos seres humanos y aunque nuestra familia no nos mire, no nos tienen que utilizar de conejos de Indias como han hecho conmigo. Otra cosa que le voy a decir aunque esto no tiene nada que ver con mi caso y sé que no tiene remedio pero quiero evitar en otras personas el sufrir que yo llevo encima.
Hace un tiempo estuve trabajando con una señora porque mi trabajo es servir, era enfermera la señora pero más que una enfermera porque estaba haciendo una prueba y era casi doctora y usted sabe como estaba, casi siempre borracha, su trabajo era bastante arriesgado y peligroso para los enfermos. ¿Usted cree que borracha como estaba, que a veces no decía nada y cuando la llamaban para una urgencia así se iba? ¿Usted cree que era capaz de salvarle la vida a algún enfermo? y con media borrachera se iba así a trabajar casi todos los días. Luego se muere la gente y con decir un infarto ya está, no y mil veces no a esa injusticia, ¿por qué no hay alguien que vigile esto y no ocurran desgracias y muertes sin tener por que haberlas? Yo estuve a punto de denunciarla y no lo hice porque no sabía a donde acudir y ni podía salir, si no lo hubiera hecho. Los compañeros de trabajo se darían cuenta pero como casi todos son iguales, se callan porque son unos cobardes.
Señor Director, yo con solo 28 años que tengo han acabado ya con mi vida, pues ya casi por sí sola no puedo andar y si lo hago es porque lucho por la vida y siempre me he dicho que muletas o silla de ruedas no cojo y aunque no pueda andar, lo hago aunque sea con el pie reventado, si no fuera por eso yo no andaría, que salgo a la calle y a veces me tengo que ir agarrando a la pared porque no puedo y tengo que ponerme vendas para que me calme los dolores tan horribles que tengo y cada mes necesito 10-15 mil pesetas en zapatos porque ya con nada puedo andar. La última vez que fui al médico me dijo que lo sentía pero ya nada puede hacer.
Ellos tuvieron la culpa y de milagro tengo la pierna otras veces se me podría, como una vez que no consintieron curarme viendo como tenía la venda de manchas y el olor que no podía soportar y menos el dolor tan horrible que tenía y porque una enfermera le dio lástima de verme así y ella arriesgó su carrera y me curó; lo que ella me sacó de allí eso nadie sabe sólo ella, y se lo puedo demostrar si ella vive y quiero decirlo, me quitó hasta gusanos de la pierna, usted no se puede hacer ni si quiera idea de los tres meses que pasé después y sobre todo a lo primero me hacían una cura horrible y espantosa y dolorosa al máximo, a lo primero eran dos y tres curas diarias, a veces no podía soportarla porque era terrible, me tenían que raspar el hueso porque me criaba cosas malas, y tenía la herida que casi me cabía la mano dentro y no me podía poner anestesia, porque entonces tendría que estar todo el día anestesiada, y todo por su culpa, por negarse a curarme viendo cómo estaba y con fiebre alta, aunque me lo negaban pero yo aprendí rápido a mirar el termómetro y que no me vieran aunque no me hacia falta, yo me lo notaba, esto me ha pasado varias veces aunque menos. No tenía que haber pasado ninguna o al menos evitar llegar a tantísimo, luego son ellos los que llevan la razón, como ellos no lo pasan les da igual todo y sin más perdona esta carta tan larga y tantos papeles como le mando pero es parte solo un poco de lo que me han hecho porque 16 años de un hospital a otro, que he estado más dentro que fuera y pasando y sufriendo lo que nadie sabe ni se puede imaginar, y cuando hubiera sido por un gran accidente es distinto pero de una caída que no fue nada sólo lo que ellos me hicieron y ver como cada día te vas destrozando poco a poco y hasta que acabas ya de una vez.
No me resigno a quedarme invalida. Si hubiera sido por un accidente o una parálisis, me resignaría y lo aceptaría. Pero ver como unos médicos inhumanos e irresponsables me han dejado así por culpa suya, no lo soporto y por ese hecho no estoy ya en una silla de ruedas. Es superior a mí, y antes de que acaben conmigo de una vez, pido justicia aunque ya para otras personas, a mi solo me queda una camino, la muerte y no seré yo la que me lleve a ella sino esos seres brutales e inhumanos, porque aunque yo lo haga ellos me han puesto la soga al cuello. No pienso estar toda mi vida con estos terribles dolores ya insoportables, o estar cada año entrando al quirófano para poder estar dos o tres meses sin ellos, o tener que coger la muleta o la silla de ruedas.
No y mil veces no. Antes de verme así, prefiero lo otro.
Perdone esta carta tan larga y quizás un poco pesada, pero comprenda mi situación, y no sólo la mía, sino que hay otros peor que yo. Todo por ellos.
Aquí le mando el último informe del otro médico, y sin más reciba un cordial saludo.
Mari Valverde. 14-11-1986.


Córdoba a 29 de Enero de 1987.
¡Hola Señor Presidente!
El motivo de mi carta es el siguiente, es un poco largo de contar, intentaré reducirlo algo.
Cuando tenía 11 años tuve una caída con la mala suerte que los médicos cometieron un error, después de eso no han parado de seguir cometiéndolos y como yo digo me han utilizado de conejo de Indias en los quirófanos y no han parado hasta que casi me han dejado inválida. Me han utilizado así más de 14 años que ya puede defenderme y pararlo un poco, pero ya era tarde, sé que si mi familia lo hubiera intentado pararlo al menos un poco tanto no me hubieran hecho. Si una persona no es capaz de defenderse por sí misma, no hay derecho a que hagan eso con ella, somos seres humanos, y no hay derecho a que nos utilicen como animales en los quirófanos.
Señor Presidente, cuando lea las otras cartas que le mandé a los otros directores lo comprenderá mejor, Señor Presidente. Desde que inicié la denuncia no me han hecho caso en ningún sitio; todas mis cartas han sido desechadas pero como no estoy dispuesta a rendirme hasta que consiga justicia y no venganza.
Pude conseguir una gran abogada y gracias a ella me han hecho caso y me han mandado a Sevilla, fui el día 26 de este mes, si aquí no me han hecho caso, allí menos. El primer médico que me vio me dijo que a él le habían dicho que me mirara la rodilla sólo y realmente es lo que tengo un poco mejor, lo que tengo muy mal es el pie que lo tengo totalmente destrozado y con unos dolores terribles que D. Manuel Gala y D. Francisco Céspedes me lo han destrozado de las operaciones que me hicieron, me miraron por encima y ya está y me dijeron que lo sentían, pero que eso no tenía remedio ninguno, que si acaso un aparato y ya está y me mandaron a otro, también le dije que el otro pie se me está deformando y tengo bastante dolores y que tenía desviación de columna, pero como si fuera a la pared, ni me escucharon.
¡Señor Presidente! Usted cree que hay derecho a acabar así con una persona y no soy yo sola sino que hay muchísimas más como yo y peores, porque a mí no han conseguido verme en una silla de ruedas como a otros y aunque no podía andar, lo hacía como fuera, pero ese gusto no se los he dado y otros que no pueden contarlo porque los han matado.
¡Señor Presidente!, es que no hay nadie capaz de evitar esto al menos un poco, una ley que nos proteja de estos salvajes. Yo comprendo que cuando una persona coge un coche y tiene un accidente y le destroza una pierna, es natural que al unirle todos los huesos y tendones y demás cosas, se puedan equivocar, pero lo que no le veo razón que por descuido mueran en los pasillos por falta de asistencia por una escayola mal puesta, por pasarse en la anestesia, por dejarle pinzas y otros instrumentos dentro y mil cosas así. Llevo casi 18 años más adentro de los hospitales que fuera y los he visto y a mí misma muchas cosas de esas me las han hecho.
He estado trabajando con una enfermera que trabajaba caterismo son unas pruebas muy peligrosas y estaba casi siempre borracha y cuando se juntaba con la compañera se jugaban a cara o cruz la vida de un enfermo porque estaba más borracha.

Llevo así más de 30 años voy a seguir así el resto de mi vida y no solo la pierna sino todo lo tengo muy mal, brazos, la columna y mil cosas más unos dolores terribles, insoportables. Ya está bien 30 años aguantando estos terribles dolores, voy a estar el resto de mi vida con ellos y todo por culpa de cuatro hijos de puta que se niegan a curarme si lo tengo que estar será luchando porque jamás me voy a rendir por mí y por los demás hasta ahora jamás nadie me ha ayudado espero encontrar en algún rincón del mundo algún ser humano que me ayude y sea capaz de sacar toda la verdad de los hospitales, la administración, la justicia y muchos temas.
Marzo 2015. 
 Ahora estoy así ya apena puedo andar por que habéis sido tan crueles y inhumano, pero la paz y la felicidad que vivo aunque este así nada ni nadie me la quitara dudo que vosotros la tengáis.




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